domingo, 28 de noviembre de 2010

El EnSaYo

¿El pedagogo considera la comprensión como un elemento importante en su formación?

Lozano González Alejandra Daniela
Martínez de la Cruz Miriam Edith


Un reconocimiento del carácter esencialmente dialogal
que une a los seres que están en conversación, lo cual,
los capacita para saber de sí mismos, pensar con el otro
y volver sobre sí mismos como otra persona, en medio
de la búsqueda del consenso como fondo e intencionalidad


La interrogante del título del presente ensayo, creemos que nos permitirá analizar si la comprensión se puede percibir o notar en las prácticas diarias de los estudiantes de Pedagogía, y si la presencia o ausencia de la comprensión en las aulas y fuera de ellas, se puede identificar como un hecho  contrastante con las temáticas abordadas en las sesiones de esta licenciatura, o si por el contrario, es equiparable a las mismas.

Para comenzar es necesario plantear que la hermenéutica, es entendida como el arte de interpretar, pero no solo lo escrito, sino también lo dicho, lo hecho. Es decir se interpreta la existencia del hombre en la historia, su realidad, lo cual nos va a permitir obtener una comprensión del otro. Pero es complicado crear una comprensión de ese otro si no lo interpretamos antes, es decir necesitamos conocer las palabras o los signos, el lenguaje, que lo construyen como hombre, así como el mundo que lo rodea, y por tanto la relación entre ambos, pues no pueden significar nada el uno sin el otro.

Así, para poder plantearnos la pregunta del inicio es necesario que aclaremos lo que estamos entendiendo por el término comprensión. Este término tiene distintos significados, de manera que el sentido que le otorguemos al mismo se verá reflejado en nuestra forma de actuar. Es por ello que resulta indispensable que en este escrito, no usemos indistintamente el término comprensión, y lo dejemos en claro antes de comenzar el desarrollo de esta temática planteada en el título en forma de pregunta.

“…Más allá del carácter de anuncio de la hermenéutica (en que emerge el ser como presencia), descubre Heidegger su naturaleza de escucha del lenguaje; que no es sino escucha de la tradición que históricamente sustancia su destino (el destino del ser como lenguaje), y en el que reconocemos nuestra morada como seres arrojados comprensivamente al mundo. Esta superación heideggeriana del carácter interpretativo-instrumental de la hermenéutica, comprendida en el descubrimiento de la preestructura existencial de la comprensión, sustenta e inaugura el paradigma hermenéutico contemporáneo.” [1]

Como podemos darnos cuenta, la inscripción del término comprensión al ámbito de la hermenéutica, corresponde al trabajo teórico realizado por Heidegger, quien asumió que la hermenéutica no se podía quedar en el plano de anuncio, de la interpretación literal de los textos sagrados y la búsqueda de significados y sentidos “correctos” o “adecuados” en los escritos a partir de los cuales las personas debían conducirse y percibir la realidad, como en el caso de la biblia, que se consideraba un punto de referencia desde el cual la personas debían dirigir sus vidas y acciones, o sea actuar a partir de esa verdad.

Heidegger da un giro importante a la naturaleza de la hermenéutica, él la reconstruye desde la escucha, como una posibilidad de mirar los múltiples significados de los individuos en sus variadas manifestaciones o formas de expresión, se podría decir que en lugar de pretender que con la hermenéutica se busque un significado o sentido “correcto” de los escritos, se considera que hay múltiples sentidos y significados que cada individuo le da a sus acciones, a todo aquello que  elabora y que dice.

Entonces, el mundo se constituye de múltiples realidades que percibe y expresa cada individuo de manera particular, por tanto, no hay una verdad absoluta, sino diversas verdades, desde la perspectiva y experiencia de cada persona, todas estas verdades con derecho a la misma aceptación y valoración.

Esta hermenéutica trabajada por Heidegger es una alternativa a las dos principales formas en que se venía trabajando la hermenéutica. Por un lado se había tratado de utilizar como un método para determinar una “verdadera” comprensión de los textos, con un propósito de objetividad. Por otra parte, la hermenéutica Ontológica con una pretensión de universalidad, “…ha de describir, pues, lo que es común a toda manera de comprender más allá de cualquier comportamiento subjetivo y de toda quaestio iuris en tanto que el comprender pertenece al ser de lo que se comprende…”[2]

Vista la hermenéutica con un carácter de escucha y no solo de anuncio, se abarca un espacio donde existe diversidad de sentidos, de significaciones, de acepciones y de lenguajes. El lenguaje es el medio a través del cual los individuos expresarán dicha variedad de percepciones del mundo, la forma de reaccionar ante diferentes situaciones dará cuenta de los significados y sentidos que le otorguen a éstas. Es en esta hermenéutica que ya no se centra en un significado o sentido verdadero, donde surge el término comprensión.

Con ello, puntualizamos que la hermenéutica es, como ya lo mencionamos con anterioridad, el arte de la interpretación, que al mismo tiempo está ligada íntimamente al lenguaje el “cual era una  <<cosa>> por demás rara: en rigor, no era <<cosa>>, sino lo que le saca los colores a las cosas, pero siempre en comunidad, en convivencia de los hombres en dialogo”[3].

Por tanto la comprensión no es otra, sino la forma constitutiva de ser del hombre en el mundo y que esta forma de estar en el mundo es la que posibilita la misma interpretación, mediante el lenguaje, ya que este es todo el expresivo, que no se limita únicamente a ser un vehículo de intercambio de ideas fijo. Así, las palabras no están nunca aisladas del lenguaje, siempre están inmersas en él, de manera compartida. Para crear esta manera compartida del lenguaje, se necesita el malentendido, la equivocación, el error, y desechar la idea de la verdad absoluta, la cual se niega al dialogo, un aspecto imprescindible para todo hombre, ya que sin dialogo se niega su existencia. “hablar es vivir y el silencio, morir”[4].

La comprensión se presenta como el fin al que se puede llegar si consideramos que hay una gran diversidad de lenguajes, de significados y puntos de vista, que en todo momento constituyen a los sujetos, pero que también manifiestan la diversidad de cada uno de ellos. Por tanto, la comprensión tiene que ver con un mundo relativo, de verdades no absolutas; con una postura del individuo de aceptación hacia la idea de que es parte de una realidad cambiante en la que otros individuos están presentes y que a pesar de que puedan parecerle tan distintos a él, trata de considerar igual de válidas las opiniones y expresiones de los otros, tanto como las propias.

Es precisamente ese sentido de diversidad, con el que pretendemos conceptualizar el término comprensión, de manera que desde nuestro entendido, la comprensión tiene que ver con una postura desde la cual reconocemos que hay múltiples lenguajes que manifiestan la diversidad de identidades que conviven en todo momento en un espacio que llamamos realidad, implica una valoración de posturas ideológicas, opiniones y formas de ser de los demás en el mismo grado que las nuestras, y que además implica que consideremos al lenguaje como elemento que abarca todas aquellas expresiones de diversidad de cada individuo.

Así, el lenguaje se convierte en un aspecto fundamental que nos permitirá reconocer la particularidad de cada individuo y posiblemente identificar la multiplicidad de factores que lo han ido constituyendo. Esta importancia que le asignamos al lenguaje desde nuestro entendido de comprensión, platearía la exigencia de poner atención a todas las manifestaciones del lenguaje en las personas, con el fin de asimilar la situación de las personas con quienes convivimos continuamente, mismas a las que muchas veces no consideramos importantes al no compartir la misma perspectiva de vida que nosotros u opinar de una forma opuesta a la nuestra, respecto a algún fenómeno social.

La pluralidad de percepciones del mundo, así como las variadas formas de ser de cada sujeto, son expresadas a través del lenguaje, el cual abarca no sólo lo escrito, sino también lo verbal, lo corporal, lo gestual, lo actitudinal. El sujeto es lenguaje, se constituye a partir este y por lo tanto, no es posible que se piense al ser humano sin un lenguaje que lo rodee, lo vaya constituyendo y con el que se vaya constituyendo, al igual que él va constituyendo a su paso por el mundo a otros.

Cada aspecto que conforma al sujeto, expresa o dice algo, incluso lo que a primera vista puede parecer que no comunica. Entonces la hermenéutica estudia el lenguaje desde dentro, desde su uso vivo y en sus presupuestos, es decir desde el contexto.

“…las cosas no existen fuera de las mentes, en nuestro siglo se afirmaría la doctrina según la cual las cosas no existen fuera del lenguaje o, más propiamente (…) fuera de los textos…” [5]

Es a partir de lo que comunicamos o de lo que nos comunican, mediante el lenguaje, que nos vamos construyendo y vamos construyendo a otros, el lenguaje nos constituye cotidianamente en la realidad. Es un factor tan importante esto del lenguaje en la constitución de los sujetos, que por esa razón desde nuestra construcción de comprensión, el lenguaje se convierte en el camino para que la practiquemos.

Ahora bien, ya que aclaramos lo que estamos considerando al referirnos a la comprensión, es posible que abordemos la problemática planteada en forma de pregunta en el título que identifica el presente documento.

¿El pedagogo considera la comprensión como un elemento importante en su formación? Hacernos esta pregunta conlleva una reflexión muy interesante puesto que, el hecho de poner en duda que para el pedagogo sea importante la comprensión como un aspecto inherente a su cotidianeidad y por tanto a su proceso formativo, nos lleva a considerar la posibilidad de que estudiar Pedagogía no garantiza que los estudiantes consideren importante practicar la comprensión con el mundo que los rodea, como parte del proceso formativo que transcurre en su vida cotidiana, implica aceptar que los estudiantes de esta carrera no practican la comprensión a  pesar de que en las unidades de conocimiento que constituyen esta licenciatura, se hable de un respeto y cierta aceptación de la diversidad de formas de ser, de pensar y de actuar, de la necesidad de considerar los diferentes modos de vida y contextos generadores de seres humano tan diferentes y únicos, además de una necesidad de reflexionar continuamente nuestras acciones.

Llegar a esta idea de la posible falta de comprensión entre los pedagogos y su mundo, resulta de la observación que hemos llevado a cabo en las aulas (como alumnas que somos), durante las clases que compartimos con alumnos de la carrera de Pedagogía, mismas en la que algunas acciones o actitudes nos han hecho pensar que es posible que no todos estos alumnos practiquen la comprensión desde el entendido que hemos planteado previamente. Cabe aclarar que no se trata de una evaluación que pretendamos llevar a cabo en función de una especie de instrumento como lo podría resultar la conceptualización que hemos realizado sobre la comprensión, por el contrario, lo que buscamos es que a partir de dicha conceptualización, se pueda reflexionar sobre la importancia que tiene carecer de esta comprensión para la población estudiantil de la licenciatura de Pedagogía.

Algunas actitudes o situaciones que nos han llevado a pensar que no necesariamente se practica la comprensión, desde nuestra conceptualización, en las aulas de pedagogía y fuera de ellas, son: con frecuencia los estudiantes descalifican las ideas diferentes que expresan otros compañeros durante las clases, mostrando su inconformidad al cuestionar a estos, pero no con la finalidad de plantear su distinto punto de vista, sino con una actitud que expresa una intensión de atacar el comentario con el que no está de acuerdo; otras ocasiones hemos observado que los estudiantes se muestran apáticos y sin el mínimo interés de escuchar el punto de vista de un compañero que tiene una postura ideológica o punto de vista contrario, muchas veces se encuentran realizando actividades ajenas a las de la unidad de conocimiento en la que estén, en lugar de escuchar lo que piensa el compañero que esté opinando o comentando.

Este tipo de situaciones que hemos observado, nos permitieron preguntarnos si el desinterés, la apatía y la carente valoración de los puntos de vista de los demás, responden a una falta de comprensión entre los estudiantes de la licenciatura en Pedagogía. Para nosotras resultó una situación interesante debido a que consideramos que en las unidades de conocimiento, la mayoría de las veces se tratan temáticas que tienen que ver con el respeto de las ideas de los demás, lo cual implicaría que por lo menos estuviéramos dispuestos, como estudiantes de dicha carrera, a escuchar la opinión de los otros, aunque no la compartiésemos, ello podría dar cuenta de una valoración y aceptación de la diversidad humana.

Entonces, ¿para los estudiantes de Pedagogía resulta importante ser comprensivos con sus compañeros de la licenciatura y con el resto de personas que los rodean, desde la conceptualización de comprensión? Creemos que sería un poco complicado tratar de responder a esta pregunta puesto que pretender que para todos signifique igual de importante y de la misma forma, el término comprensión, sería como pretender que todos compartiéramos un mismo punto de vista y una misma concepción del mundo, así que esta pregunta tendría que formularse a los estudiantes pero de manera personalizada, lo cual resulta complejo debido a la diversidad de opiniones y posturas. Es por ello que determinamos que no podría darse una especie de receta para todos los estudiantes de Pedagogía, al buscar que fueran comprensivos, pero sí algunas ideas a manera de invitación o propuesta que los llevarían hacia una mayor apertura de la diversidad de los seres que lo rodean.

Sabemos que no es posible pretender que para todos nuestros compañeros pedagogos tenga la misma importancia y el mismo significado practicar la comprensión con los otros, pues nos colocaríamos en una posición y actitud inversa a la comprensión desde el entendido que hemos planteamos previamente en este documento. Desear que todos los estudiantes de Pedagogía visualicen importante la práctica de la comprensión en su vida diaria, podría entenderse como dejar de considerar su diversidad de pensamiento, intereses, preferencias, contexto y formas de vida, sin embargo, analizar las ventajas que podría  significar si la practicáramos, no implica que dejemos de respetar esa diversidad.

Pensamos que tal vez no sea una obligación, pero si debería ser importante para los pedagogos interesarnos por lo que piense el otro, consideramos que sería muy benéfico que como compañeros tratáramos de interesarnos más por conocer las opiniones de los demás, aunque no sean similares a las nuestras, de lo contrario, no podremos reconocer por completo a ese otro con el que compartimos un espacio cotidianamente.

Por ello es importante crear un dialogo con el otro. Aun muchas veces al establecer un dialogo, tenemos la impresión de que nos hacen falta las palabras, o que nos fallan, por eso solemos mirar al otro, para saber si nos ha entendido. Esto es, “nosotros no podemos jamás tener la certeza del hecho de que nuestro interlocutorhaya comprendido todo lo que pretendemos decir, las expresiones que usamos tienen un cierto significado para nosotros, pero puede tener un sentido del todo diferente para quien nos escucha”.[6]

A muchos compañeros quizá no les parezca trascendente reconocer la particularidad y mirar igual de importante que al propio, el punto de vista del compañero con el que se comparten clases, con el que llevamos a cabo trabajos escolares o con el que realizamos investigaciones educativas y pedagógicas, sin embargo, para nosotras, como alumnas de la carreara de Pedagogía, es primordial resaltar que cotidianamente en los pasillos del edificio donde se toman clases de pedagogía en la FES Aragón, se puede percibir apatía y desinterés por el otro.

Hablar de una carencia de interés por conocer los puntos de vista de los compañeros pedagogos y demás personas, nos llevan a reflexionar sobre la importancia que se le llega o no a adjudicar al hecho de comprender al otro, haciendo notar el posible contraste con las temáticas abordadas durante las sesiones de las diferentes unidades de conocimiento, en cuanto a que muchas veces se habla de la necesidad de reconocer al otro y  de dialogar con él, de mirarlo como parte de nosotros mismos, como un ser que hay que reconocer para podernos identificar como individuos.

Muchas veces creemos que somos comprensivos, pero depende de lo que entendamos por comprensión cuando digamos que la llevamos a cabo.  Como en el caso de la conceptualización que realizamos en este documento sobre la comprensión, si intentáramos responder a la pregunta que sirve de título a este documento, podríamos decir que en muchas ocasiones no se ejercita la comprensión en los pasillos del edificio de Pedagogía, entre compañeros, compañeros con docentes, o con las demás personas pues, durante clases se nota la descalificación y exclusión de opiniones de determinados compañeros, esto daría cuenta de una falta de valoración de las diferencias que caracterizan a los compañeros de pedagogía.

Así, “…el espejo del mundo múltiple termina por reflejar un mosaico de fragmentos aislados y autorreferenciales. En el límite, el mundo múltiple  se convierte en un mundo de particularidad pura donde la posibilidad de juzgar a otros se torna ilegítima y las articulaciones políticas transculturales improbables.” [7]

Esto es, todos somos parte de varios espacios, en los que se mezclan variadas características, perspectivas, usos, costumbres e ideologías, de manera que resulta contradictorio descalificar a alguien por considerarlo distinto a nosotros, pues todos somos parte de una combinación de elementos de tipo social, cultural, económico, político,  educativo y formativo. Cabe resaltar que es importante escuchar los diferentes putos de vista, pues en algunos momentos podemos creer que son opuestos a los nuestros pero en otros podrían ser muy similares.

Pero, en “…la modernidad acostumbraba señalar a los individuos una residencia estable en una ideología, una clase o una profesión, mientras que en la sociedad contemporánea uno pertenece a un lugar determinado, pero no de manera definitiva. El individuo deambula por espacios diferentes y se caracteriza por un <<arraigo dinámico>>…” [8]

Efectivamente, la constante movilidad que nos caracteriza a los seres humanos, es un aspecto que da pie a que podamos cambiar de punto de vista respecto a determinadas situaciones en distintos momentos de nuestra vida, sin que ello signifique que estemos tomando una actitud inadecuada pues, es evidente que como seres humanos siempre estaremos en la posibilidad de orientar nuestros pensamientos hacia direcciones que jamás hubiéramos imaginado, o que en determinados momentos y situaciones, consideramos imposibles de valorar o adoptar.

Por otra parte, Arditi menciona que, “Admitir el carácter oscilatorio de las identidades podría conducirnos también, tal vez, a un reconocimiento más explícito del flujo y reflujo de la participación en asuntos públicos. Podemos caracterizar a esto como una modalidad de intervención intermitente” [9]

Somos seres de intervención intermitente puesto que en distintos momentos de nuestra vida, somos partícipes de distintas organizaciones o grupos en los que se adoptan posturas u opiniones contrastantes entre sí, en algunas ocasiones nos cuesta trabajo aceptar o identificar que nuestras opiniones cambian continuamente respecto a distintas situaciones y problemáticas, sin embargo, es recomendable aceptar que somos dinámicos en ese sentido puesto que, desde nuestro punto de vista, es lo que nos colocará en un estado de mayor apertura hacia las diferencias de las personas con quienes compartimos el mundo y nos permiten existir como tales.

Como estudiantes de Pedagogía, tomar en cuenta que somos cambiantes en cuanto a opiniones, valoraciones, ideas y convicciones, resulta benéfico puesto que ello nos permitiría recuperar más a menudo las experiencias de nuestros compañeros, considerando igual de importante lo que los demás han vivido y que podrían ampliar el panorama que tenemos respecto a situaciones cotidianas relacionadas con las problemáticas abordadas constantemente en las clases. El resultado sería una mayor comunicación entre los compañeros de Pedagogía y un acercamiento a la comprensión desde nuestra conceptualización previa de comprensión en este documento.

Cuando hacemos referencia a la comprensión, concepto desarrollado desde la hermenéutica, es preciso resaltar que “…hay algo que es “otro” respecto de nosotros en el tiempo o en el alma: de manera que queda excluida una comprensión inmediata…” [10]

El reconocimiento de ese otro, es aquello que nos posibilitará evitar comprensiones inmediatas, es decir, hablar de que comprendemos al otro y al mismo tiempo descalificar a quienes no comparten una postura ideológica parecida a la propia.  Hablar del otro implica que consideremos que todos los seres humanos son ese otro, y que por tanto cuando pretendamos practicar la comprensión, a partir del reconocimiento de las particularidades de cada sujeto mediante el lenguaje, estemos conscientes de que todos son ese otro.

En sus acciones cotidianas los estudiantes de Pedagogía dejan ver la importancia que le otorgan a la comprensión, al reconocimiento de ese otro, en su trato con compañeros de la misma licenciatura y de otras, con maestros y otras personas con quienes establecen algún tipo de relación. Es importante que como estudiantes de pedagogía reflexionemos sobre la importancia que le asignamos a practicar la comprensión, como un elemento sustancial de nuestro proceso formativo porque al ser la Pedagogía una carrera humanística, la consideración de los otros seres humanos se convierte en un aspecto fundamental de nuestro quehacer.

Debido a que el presente documento, lo fundamentamos en una hermenéutica que posee: “…Sendas conducentes a territorios abiertos a la diversidad, a la contingencia y al diálogo que conforman, en mi opinión, el modelo más sugerente y productivo de la hermenéutica en los últimos años.”[11], nos parece viable hacer hincapié en la importancia que debería tener para nosotros como estudiantes de Pedagogía, reconocer la diversidad de nuestros compañeros como una vía para ampliar nuestro horizonte y para reconocer a ese otro en cada persona con la que establezcamos contacto.

 “…el argumento hermenéutico (…) no se limita a constatar, sino que procura una apertura de posibilidades, o sea (…) una creación de visiones del mundo, según una experiencia característica, más que de las ciencias naturales, del arte, la religión, la filosofía y la política,…” [12]

Es precisamente esta idea de apertura hacia otras formas de concebir el mundo y actuar, a partir de la cual hemos desarrollado este escrito y buscado resaltar que las diferencias que nos hacen únicos no tendrían por qué convertirse en la razón por la cual nos aislemos de quienes son diferentes a nosotros en mayor o menor medida pues, hay puntos de vista que pueden ser similares entre nosotros, al igual que lo pueden ser contrastantes, sin que este sea el motivo para no considerar a los otros.

Cada individuo es el resultado de una multiplicidad de factores presentes en el transcurso de su vida, de distintos contextos, culturas, costumbres, entre otros elementos, por lo tanto cada uno expresará sus puntos de vista y preferencias de manera distinta, y si buscamos acceder a la comprensión, una posibilidad es reconociendo en su lenguaje aquello que lo caracteriza y que posibilitará que valoremos su postura aunque no sea compatible con la nuestra. No se trata tampoco de querer saber todo sobre una persona por curiosidad en un sentido de informarnos por informarnos y saber cosas que esa persona no quisiera que los demás conocieran, sino de conocer a una persona para poder valorar lo que piensa y lo que lo hace único.




 



[1] Recas Bayón, Javier. Perfiles de la hermenéutica contemporánea. Pág. 132
[2] Ibídem Pág. 141               
[3] Duque, Félix. La humana piel de la palabra. Pág. 31
[4] Op. cit.  Duque, Félix. Pág. 23
[5] Ferraris, Maurizio. La hermenéutica. Taurus. México, 2000. Pág. 38
[6] Op. cit.. Ferraris, Maurizio. Pág. 23

[7] Op. cit. Arditi, Benjamin. Pág. 116
[8] Op. cit. Arditi, Benjamin. Pág. 103
[9] Ibídem. Pág. 105
[10] Op. Cit Ferraris, Maurizio. Pág. 31
[11] Op. Cit Recas Bayón, Javier. Pág. 152
[12] Op. Cit Ferraris, Maurizio. Pág. 35
Gadamer

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